Podrían ser, a simple vista, sólo huesos,
desvencijados huesos
enterrados al borde del camino.
Abandonados huesos, no acariciados huesos
de un dolor no amortajado.
Pero no son, a simple vista, sólo huesos,
desvencijados huesos.
En el calcio del hueso hay una historia:
desesperada historia, desmadejada historia
de terror premeditado.
Y habrá que contar,
desenterrar, emparejar,
sacar el hueso al aire puro de vivir.
Pendiente abrazo,
despedida, beso, flor,
en el lugar preciso
de la cicatriz.
Podrían ser, a simple vista, sólo huesos,
amoratados huesos,
olvidados sin fecha, en el camino.
Abaratados huesos, invertebrados huesos
de un adiós no reclamado.
Pero no son, a simple vista, sólo huesos,
amoratados huesos.
En el calcio del hueso hay una historia:
acaudillada historia, desmemoriada historia;
el horror no solventado.
Y habrá que contar,
desenterrar, emparejar,
sacar el hueso al aire puro de vivir.
Pendiente abrazo,
despedida, beso, flor,
en el lugar preciso
de la cicatriz.
martes, 19 de agosto de 2008
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